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PLM-Logos
Bandera México

LOPRESOR 100 Tabletas
Marca

LOPRESOR 100

Sustancias

METOPROLOL

Forma Farmacéutica y Formulación

Tabletas

Presentación

1 Caja, 20 Tabletas,

FORMA FARMACÉUTICA Y FORMULACIÓN:

Cada TABLETA contiene:
Tartrato de metoprolol 100 mg
Excipiente cbp 1 Tableta

INDICACIONES TERAPÉUTICAS:

Bloqueador beta adrenérgico:

• Hipertensión: en régimen monoterápico o en combinación con otros antihipertensores, preferentemente con un diurético p. ej. clortalidona, hidroclorotiazida) y/o un vasodilatador periférico (p. ej. hidralazina).

• Angina de pecho para la profilaxis prolongada. Dado el caso, se recurrirá a la nitroglicerina para mitigar las crisis agudas.

• Arritmias cardiacas, en particular taquicardias supraventriculares.

• Infarto de miocardio (como medicación adicional).

• Trastornos cardiovasculares funcionales con palpitaciones.

• Prevención de la migraña.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA:

Grupo farmacoterapéutico: Betabloqueador cardioselectivo.

Código ATC: C07AB02.

Absorción:

Después de la administración oral, metoprolol se absorbe uniformemente y casi por completo en el tracto gastrointestinal.

Las concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan después de aproximadamente 1.5 a 2 horas.

Las concentraciones plasmáticas de metoprolol aumentan aproximadamente en proporción con la dosis en el rango de dosis de 50 mg a 200 mg. Debido al extenso metabolismo hepático de primer paso, aproximadamente el 50% de una dosis oral única de metoprolol alcanza la circulación sistémica.

El grado de eliminación pre-sistémica difiere entre individuos debido a las diferencias genéticas en el metabolismo oxidativo. A pesar de que los perfiles de plasma exhiben una amplia variabilidad entre sujetos, son reproducibles dentro de un individuo. Después de la administración repetida, el porcentaje de la dosis disponible sistémicamente es alrededor de un 40% mayor que después de una dosis única (es decir, alrededor del 70%). Esto puede deberse a una saturación parcial del metabolismo de primer paso o a un aclaramiento reducido como resultado de un flujo sanguíneo hepático reducido.

La ingestión con alimentos puede aumentar la disponibilidad sistémica de una sola dosis oral en aproximadamente 20% a 40%.

Distribución:

Metoprolol se distribuye de manera amplia y rápida, con un volumen de distribución reportado de 3.2 a 5.6 L/kg. El volumen aparente de distribución en estado estable (Vss) en metabolizadores extensos (4.84L/kg) es relativamente más alto que los metabolizadores lentos (2.83L/kg). El tiempo medio de vida no depende de la dosis y no cambia con dosis repetidas. Aproximadamente el 10% de metoprolol en plasma se une a proteínas. Metoprolol atraviesa la placenta y se encuentra en la leche materna.

En pacientes con hipertensión, las concentraciones de metoprolol en el líquido cefalorraquídeo son similares a las del plasma.

Metoprolol no es un sustrato significativo de la glicoproteína P, lo que indica que la variabilidad interindividual de la farmacocinética de metoprolol puede deberse principalmente al metabolismo del CYP2D6.

Eliminación:

La vida media de eliminación de metoprolol es de 3 a 4 horas; en metabolizadores lentos puede ser de 7 a 9 horas. Después de la administración oral única de 100 mg de metoprolol, el promedio de eliminación fue de 31,168 y 367L/h para los metabolizadores lentos, extensos y ultrarrápidos, respectivamente.

La excreción renal de los estereoisómeros no muestra estereoselectividad. Aproximadamente el 95% de la dosis se puede recuperar en la orina.

En la mayoría de los sujetos (metabolizadores extensos), menos del 5% de la dosis oral y menos del 10% de la dosis intravenosa se excreta como fármaco sin cambios. En los metabolizadores lentos, hasta el 30% de las dosis orales o el 40% de las dosis intravenosas, pueden excretarse inalteradamente.

El aclaramiento plasmático total de metoprolol después de la administración intravenosa es de aproximadamente 1 L/min.

Proporcionalidad de dosis:

Metoprolol muestra un metabolismo presistémico saturable que conduce a un aumento no proporcional de la exposición con el aumento de la dosis.

Efecto de alimentos:

Los alimentos parecían aumentar la velocidad de absorción de metoprolol, lo que lleva a una concentración plasmática máxima ligeramente más alta en un momento anterior. Sin embargo, no tiene un impacto significativo en el aclaramiento o el momento en el que se observa la máxima concentración máxima (Tmáx).

Con el fin de minimizar las variaciones de efecto dentro del individuo, se recomienda que el metoprolol siempre se tome en una relación estandarizada con los alimentos: si el médico le pide al paciente que tome metoprolol antes o durante el desayuno, entonces el paciente debe continuar tomando metoprolol con el mismo régimen de dosificación durante el curso de la terapia.

Las formulaciones retardadas de metoprolol se pueden tomar con o sin comidas, de preferencia por la mañana.

Poblaciones especiales:

Pacientes geriátricos (> 65 años de edad o más):

La población geriátrica puede mostrar concentraciones plasmáticas ligeramente más altas de metoprolol como resultado combinado de una disminución del metabolismo del fármaco en la población de edad avanzada y una disminución del flujo sanguíneo hepático; sin embargo, este aumento no es clínicamente significativo ni terapéuticamente relevante. Metoprolol no se acumula con la administración repetida y no es necesario ajustar la dosis en pacientes de edad avanzada.

Pacientes con insuficiencia renal:

La farmacocinética de metoprolol no se ve afectada en pacientes con insuficiencia renal; sin embargo, existe la posibilidad de acumulación de uno de sus metabolitos menos activos en pacientes con una depuración de creatinina inferior a 5 mL/min y esta acumulación no influiría en las propiedades betabloqueantes de metoprolol. Los pacientes con insuficiencia renal generalmente pueden ser tratados con dosis normales.

Pacientes con insuficiencia hepática:

Debido a que el fármaco es eliminado principalmente por metabolismo hepático, la insuficiencia hepática puede afectar la farmacocinética de metoprolol. Según la gravedad de los pacientes con insuficiencia hepática, la vida media de eliminación de metoprolol se prolonga considerablemente hasta 7.2 h.

Pacientes con anastomosis portacaval:

Los pacientes con anastomosis portacaval tuvieron un aclaramiento sistémico de una dosis intravenosa cercana a 0.3L/min y valores del área bajo la curva de concentración-tiempo (AUC) hasta 6 veces más altos que en sujetos sanos.

Pacientes con enfermedad inflamatoria:

La enfermedad inflamatoria no tiene ningún efecto sobre la farmacocinética del metoprolol.

Pacientes con hipertiroidismo:

El hipertiroidismo puede aumentar el aclaramiento pre-sistémico del metoprolol.

Sensibilidad étnica:

El metabolismo oxidativo de metoprolol está bajo control genético con una importante contribución de la isoforma 2D6 (CYP2D6) del citocromo P450 polimórfico. Existen marcadas diferencias étnicas en la prevalencia del fenotipo del metabolizador lento. Aproximadamente el 7% de los caucásicos y menos del 1% de los orientales son metabolizadores lentos. Los metabolizadores lentos de CYP2D6 exhiben concentraciones de metoprolol en plasma varias veces más altas que los metabolizadores extensos con una actividad normal de CYP2D6.

Efecto del género:

No hay evidencia significativa que sugiera una posible diferencia en la eliminación entre la población masculina y femenina, por lo que no son necesarias las recomendaciones específicas de género para la dosificación de metoprolol.

Farmacodinamia:

Metoprolol es la sustancia activa de LOPRESOR 100®, el cual es un betabloqueador cardioselectivo, es decir, que actúa sobre los receptores β 1, localizados principalmente en el corazón, a dosis menores que las necesarias para influir sobre los receptores β2 que se encuentran ante todo en los bronquios y los vasos periféricos. No tiene una acción estabilizante de membrana ni posee una actividad agonista parcial (actividad simpaticomimética intrínseca= ASI).

Metoprolol disminuye o inhibe el efecto estimulante de las catecolaminas en el corazón, lo que da lugar a una reducción de la frecuencia cardiaca, de la contractilidad cardiaca y del gasto cardiaco.

Metoprolol reduce la presión arterial elevada en posición de pie y acostado. Asimismo, reduce el aumento de la presión arterial que se produce en respuesta al ejercicio. El tratamiento origina un aumento inicial de la resistencia vascular periférica que se normaliza o, en algunos casos, se reduce durante la administración a largo plazo. Al igual que con todos los β-bloqueadores, el mecanismo preciso del efecto antihipertensivo del metoprolol no se conoce del todo; sin embargo, la reducción a largo plazo de la presión arterial con metoprolol parece ser paralela a esta disminución gradual en la resistencia periférica total.

En pacientes con angina de pecho, metoprolol reduce la frecuencia y la gravedad de los episodios isquémicos y aumenta la capacidad de trabajo físico. Estos efectos beneficiosos pueden deberse a la disminución de la demanda de oxígeno del miocardio como resultado de la reducción de la frecuencia cardiaca y la contractilidad miocárdica.

En pacientes con taquicardia supraventricular, fibrilación auricular o extrasístoles ventriculares u otras arritmias ventriculares, metoprolol tiene un efecto regulador en la frecuencia cardiaca. Su acción antiarrítmica se debe principalmente a la inhibición de la automaticidad de las células marcapasos y a la prolongación de la conducción auriculoventricular.

Metoprolol reduce la mortalidad en pacientes con sospecha o confirmación de infarto de miocardio, este efecto posiblemente puede atribuirse a una disminución en la incidencia de arritmias ventriculares graves, así como a la limitación del tamaño del infarto. También se ha demostrado que metoprolol reduce la incidencia de reinfarto de miocardio no fatal.

A través de su efecto β-bloqueador, metoprolol es adecuado para el tratamiento de trastornos cardiacos funcionales con palpitaciones, para la prevención de la migraña y para el tratamiento complementario del hipertiroidismo.

El tratamiento a largo plazo con metoprolol puede reducir la sensibilidad a la insulina; sin embargo, interfiere menos con la liberación de insulina y el metabolismo de los carbohidratos que los bloqueadores β no selectivos.

En estudios a corto plazo, se ha demostrado que metoprolol puede alterar el perfil de lípidos en la sangre, causar un aumento de los triglicéridos y una disminución de los ácidos grasos libres; en algunos casos, se ha observado una pequeña disminución en la fracción de lipoproteínas de alta densidad (HDL), aunque en menor medida que con los bloqueadores β no selectivos.

En un estudio a largo plazo que duró varios años, se encontró que los niveles de colesterol estaban reducidos.

Los estudios farmacocinéticos y farmacodinámicos indican que el 30% de la máxima actividad antagonista de los receptores adrenérgicos β1 es esencial para el efecto farmacodinámico mínimo que se observa con aproximadamente 45 nmol/L de metoprolol en plasma.

CONTRAINDICACIONES:

• Hipersensibilidad conocida al metoprolol y sus derivados, o a cualquiera de sus excipientes; hipersensibilidad a otros β-bloqueadores (puede ocurrir sensibilidad cruzada entre β-bloqueadores).

• Bloqueo atrioventricular de segundo o tercer grado.

• Insuficiencia cardiaca descompensada.

• Bradicardia sinusal clínicamente relevante (frecuencia cardiaca menor que 45 a 50 latidos/min).

• Disfunción del seno sinusal.

• Alteraciones graves de la circulación arterial periférica.

• Choque cardiogénico.

• Feocromocitoma no tratado.

• Hipotensión.

• Asma bronquial severa o historial de broncoespasmo severo.

• Pacientes con infarto al miocardio quienes tienen una frecuencia cardiaca de ≤ 45 a 50 latidos/min, intervalo P-R > 0.24s, presión sistólica ≤ 100 mmHg, y/o insuficiencia cardiaca severa.

RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA:

Embarazo:

Hay una cantidad limitada de información sobre el uso de metoprolol en mujeres embarazadas. La experiencia con metoprolol en el primer trimestre del embarazo es limitada, pero no han sido reportadas malformaciones fetales atribuibles a metoprolol.

El riesgo para el feto/la madre es desconocido; sin embargo, los bloqueadores beta pueden reducir la perfusión placentaria. Metoprolol debe ser administrado en la mujer embarazada solo si es claramente necesario.

Consideraciones clínicas: Riesgo materno-fetal asociado a la enfermedad.

La hipertensión en el embarazo aumenta el riesgo materno de preeclampsia, diabetes gestacional, parto prematuro y complicaciones del parto (por ejemplo, necesidad de cesárea y hemorragia posparto). La hipertensión aumenta el riesgo fetal de restricción de crecimiento intrauterino y muerte intrauterina.

Ajustes del régimen de dosificación durante el embarazo y el periodo posparto: La farmacocinética del fármaco se altera durante el embarazo y el aclaramiento del fármaco aumenta de 2 a 3 veces, pero no se requiere un ajuste de la dosis.

En el caso del tratamiento con metoprolol durante el embarazo, debe ser utilizada la dosis más baja posible y se debe considerar la interrupción del tratamiento 2 o 3 días antes del parto para evitar el incremento de la contractilidad uterina y el efecto de los β-bloqueadores en el recién nacido (por ejemplo, bradicardia, hipoglicemia).

Reacciones adversas fetales/neonatales:

Los recién nacidos de mujeres con hipertensión que reciben tratamiento con bloqueadores beta durante la última etapa del embarazo pueden tener un mayor riesgo de bradicardia e hipoglucemia.1

Lactancia:

Metoprolol se secreta en leche materna en mínimas cantidades: a dosis terapéutica, un bebé que consume diariamente 1 L de leche materna recibirá una dosis menor a 1 mg de metoprolol. La dosis relativa del lactante mediante la leche materna es inferior al 1.0% de la dosis materna ajustada al peso; sin embargo, los lactantes deben ser estrechamente observados en busca de signos ocasionados por la administración de β-bloqueadores.

REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS:

Las reacciones adversas al medicamento de los estudios clínicos están listadas por el diccionario médico (MedDRA) de clasificación de órganos y sistemas. Dentro de cada clasificación de órganos y sistemas, la reacción adversa al medicamento son clasificados por frecuencia, con las reacciones más frecuentes primero. Dentro de cada grupo de frecuencia, las reacciones adversas a medicamentos son presentados en orden decreciente de seriedad. Adicionalmente, la categoría de frecuencia correspondiente para cada reacción adversa al medicamento está basada en la siguiente convención (CIOMS III):

Muy común ≥ 1/10.

Común ≥ 1/100 y < 1/10.

No común ≥ 1/1000 y < 1/100.

Raro ≥ 1/10 000 y < 1/1000.

Muy raro < 1/10 000.

Trastornos del sistema linfático y sanguíneo:

Muy raro: trombocitopenia.

Trastornos psiquiátricos:

Raro: depresión, pesadillas.

Muy raro: desorden de personalidad, alucinaciones.

Trastornos del sistema nervioso:

Común: mareo, cefalea.

Raro: nivel reducido de conciencia, somnolencia, insomnio, parestesia.

Trastornos oculares:

Muy raro: dificultad visual (Ej.: visión borrosa), ojos secos, irritación ocular.

Trastornos del oído y del laberinto:

Muy raro: tinnitus, trastornos de la audición (por ejemplo, hipoacusia o sordera), en dosis superiores a las recomendadas.

Trastornos cardiacos:

Común: bradicardia.

Raro: falla cardiaca, arritmias, palpitación.

Muy raro: trastornos en la conducción, dolor de pecho.

Trastornos vasculares:

Común: hipotensión ortostática (ocasionalmente con síncope).

Raro: edema, fenómeno de Raynaud.

Muy raro: gangrena en pacientes con Trastornos de la circulación periférica severa preexistente.

Trastornos respiratorios, torácicos y del mediastino:

Común: disnea de esfuerzo.

Raro: broncoespasmo (el cual puede ocurrir en pacientes sin un historial de enfermedad obstructiva de pulmón).

Muy raro: rinitis.

Trastornos gastrointestinales:

Común: náusea y vómito, dolor abdominal.

Raro: diarrea o constipación.

Muy raro: Boca seca, fibrosis retroperitoneal (la relación con metoprolol no ha sido establecida definitivamente).

Trastornos hepatobiliares:

Muy raro: hepatitis.

Trastornos del tejido subcutáneo y la piel:

Raro: rash (en forma de urticaria, lesiones cutáneas psoriasiformes y distróficas

Muy raro: reacción de fotosensibilidad, hiperhidrosis, alopecia, empeoramiento de psoriasis.

Trastornos del tejido conectivo y musculoesqueléticos:

Raro: espasmos musculares.

Muy raro: artritis.

Trastornos del sistema reproductivo:

Muy raro: disfunción eréctil, trastorno de la libido, enfermedad de Peyronie (la relación con metoprolol no ha sido definitivamente establecida).

Trastornos generales y condiciones en el sitio de administración:

Común: fatiga.

Investigaciones:

Muy raro: incremento de peso, pruebas de función hepática anormales.

Reacciones adversas al medicamento de reportes espontáneos y casos de literatura (frecuencia no conocida):

Las siguientes reacciones adversas han sido derivadas de la experiencia posterior a la comercialización con metoprolol vía los reportes de caso espontáneos y casos de literatura. Debido a que estas reacciones son reportadas voluntariamente de una población de un tamaño incierto y están sujetas a factores de confusión, no es posible estimar fiablemente su frecuencia, la cual es, por lo tanto, categorizada como desconocida. Las reacciones adversas a medicamentos son listadas de acuerdo con la clasificación de órganos y sistemas en el diccionario MedDRA. Dentro de cada clasificación de órganos y sistemas, las reacciones adversas a medicamentos son presentadas en orden decreciente de gravedad.

Desórdenes del sistema nervioso:

Estado de confusión.

Investigaciones:

Aumento de los triglicéridos en la sangre, disminución de la lipoproteína de alta densidad (HDL).


PRECAUCIONES EN RELACIÓN CON EFECTOS DE CARCINOGÉNESIS, MUTAGÉNESIS, TERATOGÉNESIS Y SOBRE LA FERTILIDAD:

Mujeres en edad fértil:

Al confirmar el diagnóstico de embarazo, las mujeres deben informar inmediatamente al médico.

Datos de animales:

Los estudios de toxicidad reproductiva en ratones, ratas y conejos no mostraron ningún potencial teratogénico para tartrato de metoprolol. Se observó embriotoxicidad y/o fetotoxicidad en ratas y conejos a partir de dosis de 50 mg/kg en ratas y 25 mg/kg en conejos, como lo demuestra el aumento en la pérdida preimplantatoria, disminución en el número de fetos viables por dosis y/o disminuye la supervivencia neonatal. Las dosis altas se asociaron con cierta toxicidad materna y un retraso del crecimiento de las crías en el útero, que se reflejó en pesos mínimamente inferiores al nacer.

Fertilidad:

Los efectos del metoprolol sobre la fertilidad humana no han sido estudiados.

El tartrato de metoprolol se ha asociado con efectos adversos reversibles en la espermatogénesis a partir de niveles de dosis orales de 3.5 mg/kg en ratas (0.1 veces la dosis máxima en humanos según el área de superficie corporal). Sin embargo, no se observó ningún efecto en el rendimiento reproductivo en ratas macho que recibieron tartrato de metoprolol a dosis ≥ 50mg/kg (aproximadamente a la dosis máxima en humanos).

Mutagenicidad:

El tartrato de metoprolol no mostró potencial mutagénico /genotóxico en la prueba del sistema de células bacterianas (Ames) y en los ensayos in vivo que involucraban células somáticas de mamíferos o células germinales de ratones machos.

Carcinogenicidad:

El Tartrato de metoprolol no fue carcinogénico en ratones y ratas después de la administración oral de dosis de hasta 800 mg/kg durante 21 a 24 meses.

INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS Y DE OTRO GÉNERO:

Interacciones observadas resultantes de un uso concomitante no recomendado:

Bloqueadores de los canales de calcio (uso IV):

Los bloqueadores de canales de calcio como el verapamilo y diltiazem pueden potencializar los efectos depresores de los β-bloqueadores en la presión sanguínea, frecuencia cardiaca, contractilidad cardiaca y conducción aurículoventricular. Un bloqueador del canal de calcio del tipo verapamilo (fenilalquilamina) no debe ser administrado intravenosamente a pacientes tratados con metoprolol debido al riesgo de paro cardiaco.

Interacciones a ser consideradas:

Otros medicamentos antihipertensivos:
Los efectos de metoprolol y otros antihipertensivos sobre la presión arterial son usualmente aditivos. Los pacientes en tratamiento concomitante con fármacos depletores de catecolamina, otros β-bloqueadores (incluyendo aquellos en forma de gotas para los ojos, como el timolol) o inhibidores de la monoamino oxidasa (MAO) deben ser cuidadosamente monitoreados. Aunado a que una hipertensión relativamente significativa pueda ocurrir, teóricamente, hasta 14 días después de la interrupción de la administración concomitante de un inhibidor irreversible de la MAO.

Bloqueadores de los canales de calcio (uso oral):

La administración concomitante de un antagonista β-adrenérgico con un bloqueador de canales de calcio puede producir una reducción aditiva en la contractibilidad del miocardio debido a un efecto cronotrópico e inotrópico negativo. Los pacientes tratados con bloqueadores del canal de calcio por vía oral del tipo verapamilo en combinación con metoprolol deben estar estrechamente monitoreados.

Medicamentos antiarrítmicos:

Los β-bloqueadores pueden potenciar el efecto inotrópico negativo de los agentes antiarrítmicos y su efecto sobre el tiempo de conducción auricular. Particularmente, en pacientes con disfunción pre-existente del nodo sinusal, la administración concomitante de amiodarona puede resultar en efectos electrofisiológicos aditivos incluyendo bradicardia, paro sinusal y bloqueo atrioventricular. Los agentes antiarrítmicos como la quinidina, tocainida, procainamida, ajmalina, amiodarona, flecainida y disopiramida pueden potenciar el efecto de metoprolol sobre la frecuencia cardiaca y la conducción atrioventricular.

Nitroglicerina:

La nitroglicerina puede aumentar el efecto hipotensor de metoprolol.

Otros fármacos que causan disminución de la frecuencia cardiaca:

La administración concomitante de betabloqueantes con otros fármacos que disminuyen la frecuencia cardiaca, como los moduladores de los receptores de esfingosina-1-fosfato (p. Ej., Fingolimod) puede tener efectos aditivos en la disminución de la frecuencia cardiaca.

Otros fármacos que causan disminución de la presión arterial:

La administración concomitante de betabloqueantes con otros fármacos que se sabe que disminuyen la presión arterial, como la aldesleukina, puede producir un efecto hipotensor mejorado.

Anestésicos generales:

Algunos anestésicos inhalados pueden aumentar el efecto cardiodepresor de los β-bloqueadores.

Inhibidores de CYP2D6:

Los inhibidores potentes de esta enzima pueden incrementar la concentración plasmática de metoprolol. La fuerte inhibición de CYP2D6 resultará en el cambio del fenotipo en un metabolizador deficiente. Se debe tener precaución cuando se administren conjuntamente inhibidores potentes de CYP2D6 con metoprolol. [Ver Farmacocinética].

Los inhibidores potentes, clínicamente significativos de CYP2D6 más conocidos son:

• Antidepresivos como fluvoxamina, fluoxetina, paroxetina, sertralina, bupropión, clomipramina, desipramina.

• Antipsicóticos como cloropromazina, flufenazina, haloperidol, tioridazina.

• Antiarrítmicos como quinidina o propafenona.

• Antiretrovirales como ritonavir.

• Antihistamínicos como difenidramina.

• Antimaláricos como hidroxicloroquina o quinidina y

• Antifúngicos como terbinafina.

Hidralazina:

La administración concomitante de hidralazina puede inhibir el metabolismo presistémico de metoprolol conduciendo al incremento de las concentraciones de metoprolol.

Glucósidos digitálicos:

El uso concomitante de glucósidos digitálicos puede dar lugar a una bradicardia excesiva y/o aumento en el tiempo de conducción auriculoventricular. Se recomienda monitorear la frecuencia cardíaca y el intervalo PR.

Simpaticomiméticos:

La administración concomitante de fármacos simpaticomiméticos como la adrenalina, noradrenalina, isoprenalina, efedrina, fenilefedrina, fenilpropanolamina y derivados de las xantinas (incluyendo antitusivos o gotas para la nariz u ojos) con un β-bloqueador puede aumentar la respuesta reguladora resultando en hipertensión por inhibición mutua de los efectos terapéuticos; sin embargo, esto es menos probable con dosis terapéuticas de fármacos selectivos β1 que con β-bloqueadores no selectivos.

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos:

La administración concomitante de fármacos antiinflamatorios no esteroideos, incluyendo inhibidores de COX-2, con un β-bloqueador puede disminuir el efecto antihipertensivo de metoprolol, posiblemente como un resultado de la inhibición de la síntesis de prostaglandinas renales y de la retención de agua y sodio causado por los AINE.

Inductores de enzimas hepáticas:

Los fármacos inductores de enzimas pueden afectar las concentraciones plasmáticas de metoprolol; por ejemplo, rifampicina disminuye la concentración plasmática de metoprolol.

Agentes antiadrenérgicos:

El efecto antihipertensivo de los bloqueadores β-adrenérgicos como la guanatidina, betanidina, reserpina, β-metildopa o clonidina pueden potenciarse por los β-bloqueadores. Los β-bloqueadores adrenérgicos pueden también potencializar el efecto hipotensivo postural de la primera dosis de prazosina, probablemente por taquicardia refleja preventiva. Por el lado contrario, los β-bloqueadores adrenérgicos pueden también potenciar la respuesta hipertensiva del retiro de clonidina en pacientes que reciben concomitante clonidina y β-bloqueadores adrenérgicos. Si un paciente es tratado concomitante con clonidina, metoprolol debe ser suspendido varios días antes del retiro de clonidina.

Medicamentos antidiabéticos e insulina:

Los β-bloqueadores pueden interferir con la respuesta hemodinámica normal a la hipoglucemia y producir un aumento de la presión arterial asociada con bradicardia severa. En pacientes diabéticos tratados con insulina, el tratamiento con β-bloqueadores puede asociarse con un incremento o prolongación de la hipoglucemia. Los β-bloqueadores también pueden antagonizar los efectos hipoglucémicos de las sulfonilureas. El riesgo de los efectos es menor con un medicamento selectivo β1, como metoprolol, que con un β-bloqueador no selectivo; sin embargo, los pacientes diabéticos que reciben metoprolol deben ser monitoreados para asegurar que el control diabético se mantiene.

Lidocaína (xilocaína):

Metoprolol puede reducir la eliminación de lidocaína, conduciendo a un incremento de sus efectos.

Prazosina:

La hipotensión postural aguda que puede seguir a la primera dosis de prazosina puede ser incrementada en pacientes que estén tomando un β-bloqueador, incluyendo metoprolol.

Alcaloides ergotamínicos:

La administración concomitante con β-bloqueadores puede aumentar la vasoconstricción de los alcaloides ergotamínicos.

Dipiridamol:

En general, se debe suspender la administración de un β-bloqueador antes de la prueba con dipiridamol. Se debe realizar un monitoreo cuidadoso de la frecuencia cardiaca una vez que se ha realizado la inyección de dipiridamol.

Alcohol:

Metoprolol puede modificar los parámetros farmacocinéticos del alcohol.

ALTERACIONES EN LOS RESULTADOS DE PRUEBAS DE LABORATORIO:

En casos aislados: Trombocitopenia.

Los atletas deben ser conscientes de que este medicamento puede causar una reacción positiva en las pruebas antidopaje.

PRECAUCIONES GENERALES:

Reacciones adversas al medicamento (o constelación de reacciones):

Enfermedades broncoespásticas:

En general, los pacientes con enfermedades broncoespásticas no deben recibir bloqueadores β, incluyendo metoprolol; sin embargo, debido a su cardioselectividad relativa, metoprolol oral puede administrarse con precaución a pacientes con enfermedades broncoespásticas leves o moderadas que no responden, o no pueden tolerar, otros tratamientos adecuados. Ya que la selectividad β1 no es absoluta se debe administrar concomitantemente un agonista β2 y utilizar la menor dosis posible de metoprolol.

Pacientes diabéticos:

Metoprolol debe ser utilizado con precaución en pacientes con diabetes mellitus, especialmente en aquellos que están recibiendo insulina o agentes hipoglicémicos orales. [Ver Interacciones medicamentosas y de otro género].

Se debe advertir a los pacientes diabéticos que los β-bloqueadores, incluyendo metoprolol, pueden enmascarar la taquicardia que ocurre con la hipoglucemia; sin embargo, otras manifestaciones de la hipoglucemia como los mareos o la sudoración no pueden ser suprimidos significativamente, y la sudoración puede ser incrementada.

Sistema cardiovascular:

Los β-bloqueadores, incluyendo metoprolol, no deben ser utilizados en pacientes con falla cardiaca congestiva no tratada. Esta condición debe ser estabilizada primero. [Ver Contraindicaciones].

Debido a los efectos negativos en la conducción auriculoventricular, los β bloqueadores, incluyendo metoprolol, sólo deben ser administrados con precaución a pacientes con bloqueo auriculoventricular de primer grado.

Si el paciente desarrolla incremento de bradicardia (frecuencia cardiaca menor a 50-55 latidos/minuto) la dosis debe ser gradualmente reducida, o el tratamiento gradualmente retirado.

Infarto de miocardio:

Se debe suspender el tratamiento con metoprolol y evaluar cuidadosamente el estado hemodinámico del paciente, así como la extensión de la isquemia miocárdica si se produce hipotensión significativa en pacientes con infarto al miocardio; puede ser requerido un control hemodinámico intensivo y la institución de un tratamiento apropiado. Si la hipotensión se asocia con bradicardia significativa o bloqueo auriculoventricular, el tratamiento debe estar dirigido a su reversión.

Trastornos circulatorios periféricos:

Metoprolol debe ser utilizado con precaución en pacientes con trastornos de la circulación arterial periférica (por ejemplo, Enfermedad o fenómeno de Raynaud, claudicación intermitente), debido a que el tratamiento con β-bloqueadores puede agravar estas condiciones. [Ver Contraindicaciones].

Feocromocitoma:

En pacientes diagnosticados o bajo sospecha de feocromocitoma, metoprolol siempre debe ser administrado en combinación con un α-bloqueador y sólo después de que éste ha sido iniciado. [Ver Contraindicaciones]

Anestesia y cirugía:

La terapia con β-bloqueadores administrada crónicamente no debe interrumpirse de forma rutinaria antes de una cirugía mayor. El daño en la habilidad del corazón para responder al reflejo del estímulo adrenérgico puede aumentar los riesgos de la anestesia general y procedimientos quirúrgicos. Si un paciente tratado con metoprolol necesita anestesia general, se debe informar al anestesiólogo que el paciente está en tratamiento con un β-bloqueador. Se debe utilizar un agente anestésico con el menor efecto cardiodepresivo posible. [Ver Contraindicaciones].

Si es necesario interrumpir la terapia con β-bloqueadores antes de la cirugía, incluyendo metoprolol, deberá realizarse gradualmente y completarse aproximadamente 48 horas antes de la anestesia general.

Retiro repentino:

El tratamiento con metoprolol no debe interrumpirse repentinamente, especialmente en pacientes con cardiopatía isquémica. Para prevenir la exacerbación de la angina de pecho la dosis debe reducirse gradualmente durante 1 a 3 semanas y, si es necesario, la terapia de reemplazo debe iniciarse al mismo tiempo.

Reacciones anafilácticas:

Las reacciones anafilácticas precipitadas por otros agentes pueden ser particularmente severas en pacientes que toman β-bloqueadores, y pueden ser resistentes a las dosis normales de adrenalina. Siempre que sea posible se debe evitar el uso de β-bloqueadores, incluyendo metoprolol, en pacientes con riesgo incrementado de anafilaxis.

Angina de Prinzmetal:

Los β-bloqueadores pueden incrementar el número y duración de los ataques en pacientes con angina de Prinzmetal (una variante de la angina de pecho). Los bloqueadores relativamente selectivos del receptor β1, como metoprolol, se pueden utilizarse con extrema cautela en estos pacientes.

Tirotoxicosis:

Los β-bloqueadores enmascaran algunos signos clínicos de la tirotoxicosis; por lo tanto, cuando se administra metoprolol a pacientes diagnosticados o con sospecha de desarrollo, se deben monitorear estrechamente las funciones tiroidea y cardiaca.

Síndrome oculomucocutáneo:

El síndrome oculomucocutáneo completo no ha sido reportado con metoprolol; sin embargo, sí se ha reportado parte de este síndrome (ojos secos, ya sea, solo u ocasionalmente con comezón de la piel). En la mayoría de los casos los síntomas desaparecieron cuando el tratamiento con metoprolol fue retirado. Los pacientes deben ser observados cuidadosamente por potenciales efectos oculares y, si alguno de los efectos ocurre, se debe considerar la interrupción gradual del tratamiento con metoprolol.

Interacciones:

El bloqueador del canal de calcio, del tipo verapamilo (fenilalquilamina), no debe ser administrado por vía intravenosa a pacientes tratados con metoprolol debido al riesgo de paro cardiaco en esta situación. [Ver Interacciones medicamentosas y de otro género].

Poblaciones especiales:

Daño hepático:

Metoprolol experimenta un metabolismo sustancialmente hepático de primer paso y se elimina principalmente por medio del metabolismo hepático; por lo tanto, el daño hepático puede incrementar la biodisponibilidad sistémica de metoprolol y reducir su eliminación total, conduciendo a un incremento en las concentraciones plasmáticas. [Ver Farmacocinética].

Pacientes geriátricos:

Los pacientes de edad avanzada deben ser tratados cautelosamente. Una disminución excesiva de la presión sanguínea o en la frecuencia del pulso puede reducir, a niveles inadecuados el suministro de sangre a los órganos vitales.

Efectos sobre la habilidad para manejar y usar máquinas:

Mareo, fatiga o dificultad visual puede ocurrir durante el tratamiento con metoprolol, y pueden afectar adversamente a la habilidad de los pacientes para manejar o usar máquinas.

DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:

Vía de administración: Oral.

Dosificación:

Las tabletas se ingerirán sin masticar. Se recomienda adaptar la posología de LOPRESOR 100® a cada caso individual. Se recomiendan los siguientes esquemas posológicos:

Hipertensión:

De 100 a 200mg diarios por la mañana una vez o repartidos en dos tomas (por la mañana y la tarde). Si fuera necesario, puede prescribirse un antihipertensivo adicional. La distribución de las dosis diarias altas en dos tomas contribuye a mejorar la tolerabilidad.

Angina de pecho:

De 100 a 200 mg diarios administrados en 2 tomas; si es necesario, la dosis diaria puede aumentar hasta 400 mg.

Taquiarritmia cardiaca:

100 a 150 mg al día, repartidos en dos o tres tomas. La dosis diaria puede aumentarse hasta 300 mg si fuera necesario.

Infarto de miocardio:

Es posible reducir la dosificación recomendada en función del estado hemodinámico del paciente.

a) Tratamiento en estadio agudo: la medicación oral se iniciará con precaución, administrando 50 mg cada 6 horas durante 2 días.

b) Tratamiento de mantenimiento: la dosis de mantenimiento es de 200 mg al día por vía oral administrados en 2 tomas. El tratamiento debe continuarse durante al menos 3 meses.

Hipertiroidismo:

De 150 a 200 mg (la dosis diaria se puede aumentar hasta 400 mg) diarios, fraccionados en tres o cuatro tomas.

Trastornos cardiovasculares funcionales con palpitaciones:

100 mg administrados como dosis única por la mañana. Si es necesario, la dosis diaria se puede aumentar a 200 mg, administrados en 2 tomas (mañana y noche). Prevención de la migraña:

100 mg administrados como dosis única por la mañana. Si es necesario, la dosis diaria se puede aumentar a 200 mg, administrados en 2 tomas (mañana y noche).

Poblaciones especiales:

Pacientes pediátricos:
No se han realizado estudios en pacientes pediátricos por lo que no se ha establecido la seguridad y eficacia de metoprolol.

Insuficiencia renal: No se requiere ajuste de dosis de metoprolol pacientes con insuficiencia renal.

Insuficiencia hepática: Es probable que los niveles sanguíneos de metoprolol aumenten sustancialmente en estos pacientes, por lo que el tratamiento debe iniciarse a dosis bajas con un cuidadoso ajuste gradual de la dosis basado en la respuesta clínica.

Pacientes geriátricos (> 65 años): No se requiere ajuste de dosis de metoprolol en esta población, pero se debe administrar con precaución debido a la mayor probabilidad de eventos adversos.

MANIFESTACIONES Y MANEJO DE LA SOBREDOSIFICACIÓN O INGESTA ACCIDENTAL:

Signos y síntomas: Una sobredosis de metoprolol puede conducir a una hipotensión severa, bradicardia sinusal, bloqueo atrioventricular, infarto al miocardio, falla cardiaca, shock cardiogénico, paro cardiaco, broncoespasmo, deterioro de la conciencia (o incluso coma), convulsiones, náusea, vómito, cianosis y muerte.

La ingestión concomitante de alcohol, antihipertensivos, quinidina o barbitúricos agrava los signos y síntomas.

Las primeras manifestaciones de sobredosis aparecen de 20 minutos a 2 horas después de la ingestión de metoprolol.

Los efectos de una sobredosis masiva pueden persistir por varios días, aunque declinan las concentraciones plasmáticas.

Manejo:

Los pacientes deben ser hospitalizados, generalmente, deben ser manejados en una unidad de cuidado intensivo, con monitoreo continuo de la función cardiaca, gases en sangre, y bioquímica sanguínea. Las medidas de soporte de emergencias como la ventilación artificial o ritmo cardiaco deben ser instituidas si es apropiado. Aunque aparentemente los pacientes estén bien, quienes tomaron una sobredosis pequeña deben ser estrechamente observados por signos de envenenamiento por al menos 4 horas.

En el evento de una sobredosis oral que potencialmente amenace la vida, use la inducción del vómito o lavado gástrico (dentro de las 4 horas posteriores a la ingestión) y/o carbono activado para remover el fármaco del tracto gastrointestinal. La hemodiálisis es poco probable que sea útil para contribuir a la eliminación del metoprolol. Otras manifestaciones clínicas de sobredosis deben ser manejadas sintomáticamente en Unidades de Cuidados Intensivos. El fenómeno de retiro de los β-bloqueadores puede ocurrir después de una sobredosis.

PRESENTACIÓN:

Caja con 20 tabletas de 100 mg.

RECOMENDACIONES SOBRE ALMACENAMIENTO:

Consérvese a no más de 25 °C.

Consérvese la caja bien cerrada.

LEYENDAS DE PROTECCIÓN:

Literatura exclusiva para médicos. Su venta requiere receta médica. No se deje al alcance de los niños. No se administre durante el embarazo ni lactancia.

Prohibida la venta fraccionada del producto. Este medicamento puede producir somnolencia y afectar el estado de alerta, por lo que no deberá conducir un vehículo o manejar maquinaria pesada durante su uso. No se use en menores de 18 años.

Reporte las sospechas de reacción adversa al correo: farmacovigilancia@cofepris.gob.mx.

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La Candelaria No. 186,

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